Telúrica y magnética:
Edgar Valcárcel en el laboratorio de Columbia-princeton
La visita del compositor puneño Edgar Valcárcel (1932-2010) al Columbia-Princeton Electronic Music Center, en Nueva York, entre 1966 y 1968, fue un momento clave en su trayectoria creativa. Fue en dicho centro que compuso la obra “Invención” para cinta magnética, “Canto Coral a Tupac Amaru” para coro, percusión y sonidos electrónicos, basada en un poema de Alejandro Romualdo, y dio inicio a su “Zampoña Sónica” para flauta y sonidos electrónicos. Esto marcó su ingreso a un campo musical con el cual ya había tenido un acercamiento cuando fue becario en el CLAEM, en el Instituto Di Tella, en el bienio 1963-1965, pero que recién ahora pudo concretar y desarrollar.
El laboratorio de Columbia había sido fundado en 1958 por Vladivimir Ussachevsky y Otto Luening, y fue un importante centro de investigación y desarrollo para los años iniciales de la música electrónica.
Como ha contado Alcides Lanza, quien junto con Alice Shields, Pril Smiley e Ilhan Mimaroğlu fueron los encargados de instruir a los estudiantes en el uso de las máquinas: “Hacia 1967-70, las Universidades de Columbia y Princeton se unieron para instalar en NYC, en la calle 125, un sistema de música por computadora. Este fue el RCA Mark II Synthesizer (inicialmente llamado ‘Victor’), con apoyo económico de la Fundación Rockefeller. El Mark II fue el primer sintetizador electrónico programable”
La visita de Edgar Valcárcel a dicho centro se enmarca dentro de un contexto de diáspora generacional, la gran mayoría de los compositores de la llamada Generación de los 50 tuvo que salir fuera del Perú por el deseo de convertirse en un compositores formados con una educación sólida y actual. El contacto con las innovaciones de la vanguardia internacional marcó también una perspectiva desde la cual, el contexto local se veía como precario. Esa precariedad se reflejaba en la poca o nula implementación de tecnología, y su escasa relación con el mundo de las artes en el Perú. Y aunque a principios de los 70s, aparecen proyectos ambiciosos interdisciplinarios como los de Francisco Mariotti o Teresa Burga, el ambiente era especialmente difícil, estaba todo por hacerse. Los intentos de Valcárcel por montar un Laboratorio de Música Electrónica en la Universidad de Ingeniería se vieron frustrados por el cambio de Gobierno, y la pérdida de relaciones que le permitieran tener más influencia para un proyecto de tal envergadura.
Pero lo que sí ocurrió es que a su regreso a Lima, Edgar Valcárcel organizó diversos conciertos en los que presentó “Invención”, entre otras obras, y que marcó el surgimiento de la Agrupación Nueva Música (1967), colectivo que agrupó a diversos compositores como César Bolaños, Leopoldo La Rosa, Francisco Pulgar Vidal o Enrique Pinilla. Este último también inscrito en el programa de música electrónica en Columbia-Princeton donde compuso la obra “Prisma”, para cinta magnética.
Las actividades de la Agrupación Nueva Música tuvieron como fin presentar los trabajos recientes de sus miembros, todos con un interés en renovados lenguajes musicales. Ese impulso por consolidar un espíritu de grupo encontró otra vía de materialización con la presentación de “Canto Coral a Tupac Amaru II”, estrenada el 30 de octubre de 1970, en el Teatro Municipal, y días después, el 4 de noviembre, en la Feria Internacional del Pacífico, producción que contó con el apoyo del Ministerio de Industria y Comercio. Al parecer hubo una tercera presentación realizada en Panamá. Lo cierto es que el propio Valcárcel calificó el «Canto Coral» como una obra colectiva. Y es que se trató quizá de la primera obra interdisciplinaria y multimedial que se presentaba en Perú y en la que el autor trabajaba en conjunto con otros artistas, una puesta en escena que además del coro, la percusión y los sonidos electrónicos, contó con un sistema de iluminación dirigido por el cineasta y artista Mario Acha, y con proyecciones de 167 diapositivas preparadas por Alejandro Romualdo (quien además ofició de recitante), y donde el célebre poema de su autoría, era transformado en radicales imágenes de concretismo visual y representaciones de Gabriel Condorcanqui en diversas tonalidades que lo asemejaba a una serie de arte pop. La obra había sido compuesta en 1968, año en que el General Juan Velasco Alvarado depuso por golpe de estado al presidente Fernando Belaunde Terry, y coincidió con la reivindicación que durante la primera fase del Gobierno Militar se hizo de la imagen de Tupac Amaru.
Pero la visita de Valcárcel al Laboratorio de Columbia fue también motivo para generar una intensa colaboración con el compositor argentino alcides lanza, a quien había conocido en el CLAEM. En Nueva York, Valcárcel conoció también a la compositora Gitta Steiner, y es allí que se formó un nuevo colectivo integrado por lanza, Valcárcel y Steiner, llamado CGIP, Composers Group for International Performance, cuyo propósito fue la promoción internacional y la grabación y preservación de la nueva música de las Américas. Años después, en 1976, Edgar Valcárcel continuó sus investigaciones de música electrónica gracias a una invitación de lanza para visitar el Electronic Music Studio de la Universidad de McGill en Montreal, Canadá.
Esta exhibición virtual busca documentar el paso de Edgar Valcárcel por el Columbia-Princeton Electronic Music Center, a través de fotografías, programas, afiches, y el valioso testimonio preparado especialmente por alcides lanza sobre la intensa actividad colaborativa que mantuvo con Valcárcel, nos permite conocer con más detalle el que ha sido uno de los momentos más importantes en la trayectoria creativa de nuestro compositor y que contribuyó al desarrollo de proyectos colectivos y a gestar localmente disruptivos eventos donde la música electrónica empezó a ocupar un lugar. (Luis Alvarado)
Pies de fotos de Edgar Valcárcel en Columbia por alcides lanza.
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Alcides Lanza, Ricardo Dal Farra y Luis Alvarado conversan sobre Edgar Valcárcel
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