Inspirado en las misas de San Pedro y el trabajo de los Gabrieli, que en 1600 componían obras para dos coros ubicados frontalmente generando contrapuntos y efectos estereofónicos, el peruano Leopoldo la Rosa compuso la obra Rimak para un concierto en la Rotonda del Pellegrini, en Milan, ubicando a los interpretes en cada una de las columnas, el público ubicado al centro escuchaba un efecto estereofónico de la música. Este concierto organizado con Juan Hidalgo y Walter Marchetti se realizó con motivo de la llegada de John Cage a Italia.