Concierto de Colectivo Deshumanización

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Sonido, grupo y ruta

Perspectiva de la situación de los circuitos de creación sonora en el Perú

Por Diego Alessandro Faucheux Pérez – Roca

El Perú es un país extremadamente diverso, en donde todo tipo de expresiones culturales, desde el folklore hasta la apropiación de expresiones extranjeras, convergen dentro del territorio. El arte peruano sin duda alguna tiene una interesante propuesta compuesta por el resultado de múltiples cruces influénciales que le dan una estampa y una voz singular.

En el ámbito musical, específicamente la música no convencional, vanguardista, experimental o contemporánea (la verdad es que la nómina no es más que para catalogar),  se podría decir que  su génesis en el Perú yace en la llamada “Generación del 50”, grupo de compositores del conservatorio nacional de música que, gracias a su formación en el extranjero, disrumpieron el contexto musical peruano con formas y sonidos propios de la vanguardia internacional de música; así mismo, este conocimiento fue apropiado y trabajado desde sus propias visiones estéticas. Al regresar, estrenaron piezas musicales/sonoras desde la década del 50 en adelante cuya importancia sigue siendo, hasta el día de hoy, fundamental para varios de los artistas que conforman el movimiento de música no convencional peruana actual. Desde ese momento hasta nuestros días el desarrollo de estas prácticas se ha, no solo potenciado, sino que ha aprendido de nuevas visiones de la música, de otras disciplinas artísticas y de un conocimiento cuyo espectro es tan amplio que tendría que dedicarse una publicación entera solo esto.

Hoy los grupos que se reúnen para ejecutar y crear espacios en donde las expresiones no convencionales de tratar el sonido se abren paso a regañadientes y pese a las dificultades, crean ecosistemas en donde tanto artista cómo público colaboran para llevar esta expresión a cada rincón posible del país. Desde tomar espacios en desuso, hasta crear alianzas con instituciones para organizar festivales y llevar este bello arte al público, los grupos organizados de este sector de la música aplican el “hazlo tú mismo” para consolidar un movimiento que cada vez tomas más fuerza.

Los nuevos medios de comunicación son el terreno por el cual los circuitos de música no convencional se organizan y crean así nuevas dinámicas para emitir su mensaje. La creación de nuevas comunidades y colectivos cómo Deshumanización, Retama, Sonar Lima o Suma Nodo Lima, sirven como espacios para la integración de artistas que sin circuitos como estos no sería posible su descubrimiento y/o su posicionamiento. Por otro lado, organizaciones culturales o plataformas como Musuq o Asimtria proporcionan festivales, recitales o proyectos de mayor escala, con una logística de mayor nivel brindando a la movida sonora un nivel de profesionalismo de primera categoría. El blog Perú Avantgarde, comentando todo lo que se ve y se siente en cada rincón donde el ruido está presente, publicando notas sobre el estado actual de los circuitos sonoros, entrevistando a sus miembros, generando contenido escrito a medio de archivo histórico, promoviendo dentro y fuera del país la cultura sonora underground nacional.

Todxs trabajando en conjunto para sacar adelante un tipo de expresión muy poco visible en el día a día, pero que sin duda tiene mucho que ofrecer y que, a pesar de la pandemia que nos encierra diariamente, sigue dándolo todo.

En este artículo revisaremos la situación en la que se encuentra actualmente este movimiento, para esto hemos encuestado a 11 circuitos (colectivos, blogs, sellos, organizaciones culturales, plataformas, etc.) preguntándoles acerca de su situación actual, sus proyectos a futuro, su forma de organizarse, las necesidades, los retos a afrontar, entre otros.

A continuación, hablaremos sobre los circuitos que cada grupo sonoro gestiona. Cuando digo circuito hago referencia a todo el ecosistema que, por ejemplo, un colectivo crea a partir de su aparición y acción (organización, público, conciertos, comunicación, artistas, etc.).

Colectivo Retama

La organización dentro de estos circuitos es un tema bastante interesante, cada uno tiene su estilo y cada uno tiene su forma de comunicar sus intenciones al público. Además, cabe resaltar que la autogestión es una palabra que resuena con fuerza. Los circuitos encuestados en esta oportunidad aseguran que la autogestión es lo esencial, pues la autoorganización es la mejor forma de emerger y colocarse en el medio. La asignación de tareas entre los miembros organizadores da forma a lo que estos brindan después hacia su público y esculpe los contornos de su identidad. Es la primera medida para hacerse escuchar y para compartir con seriedad su mensaje. En este mundo todxs hacen todo lo necesario para cubrir las necesidades básicas de difusión, logística, manejo de redes, edición de video, y muchas cosas más. Un tipo de esfuerzo y decisión que se forja ante la voluntad por hacerse escuchar. Para describir este aspecto mejor, me gustaría citar las respuestas de los colectivos Retama y Deshumanización. Claudia Sofía Álvarez de Retama nos dice: «El grupo administrativo de nuestro colectivo está organizado por cuatro equipos autónomos: difusión, redes, edición audiovisual y agenda. Realizamos reuniones semanales en las cuales las ideas surgidas dentro de cada equipo se conversan de manera horizontal. Para la toma de decisiones generales, se busca la aprobación mayoritaria de las integrantes del colectivo (en lo posible de todas)». Por su parte Marcelo Mellado de Deshumaniación/1049 Records: «Los trabajos se encuentran divididos por las capacidades interdisciplinarias de cada miembro. Agendamos reuniones y programamos las actividades con fechas límite».

Trabajo en equipo e interdisciplinariedad son 2 características primordiales que sirven de motor para el funcionamiento de estos circuitos y de esta red sonora, es importante resaltar las cualidades interdisciplinarias en la organización: Sí alguien sabe diseñar gráficas lo hace, si sabes editar video lo haces, si sabes manejar tus redes mejor que el resto puedes manejar las del colectivo. Esta es, según la mayoría de los encuestados, los rieles para mover el tren.

La intención de ingresar y mostrar estas expresiones con un alcance comunitario se encuentra también latente. Compartir, visibilizar y enseñar aparecen también como intenciones dentro de la identidad de este grupo sonoro peruano. Enrique Trelles de Suma Nodo Lima nos comenta: «La escena independiente y alternativa se ha enorgullecido siempre de ser autogestionaria, por una razón comercial y compromiso artístico. Suma reafirma su voluntad de sumar esfuerzos para beneficio común para todos los participantes y saludamos la voluntad del estado de participar en los distintos procesos comunitarios y respetarlos».

Por otro lado, hay quienes se enfocan en desarrollar su organización para participar de fondos estatales y brindar al movimiento proyectos de mayor envergadura, lo cual les da mayores oportunidades de visibilizar sus prácticas. La organización Asimtria, fundada en 2006, nos comenta que ellxs aprovechan las oportunidades que, por ejemplo, el Ministerio de Cultura brinda a través de sus fondos; lo cual los impulsa a participar y finalmente poder concretar sus proyectos con un nivel logístico y organizativo de calidad.

Lo cierto es que, es una minoría la que recurre a estas alternativas de financiación. Muchos circuitos no están preparados para participar por su corta trayectoria o su falta de información sobre el tema, o aún no cuentan con el nivel de organización necesario para alcanzar este objetivo; a pesar de que algunos encuestados buscan en algún punto empezar a financiarse por estos medios.

Durante los últimos años los fondos estatales han proporcionado una mayor apertura hacia propuestas experimentales en diversos aspectos del arte, pero muchxs miembros organizadores de estos microsistemas sonoros no disponen de la capacitación necesaria  para poder postular a estas subvenciones. Si bien es cierto que el apoyo económico estatal no es primordial para que este movimiento exista, sí lo es para que se desarrolle hacia un futuro más prometedor y así crear oportunidades  que remuneren a los artistas por su trabajo, lo cual empuja al artista hacia un quehacer sostenible.

Mucho se habla de la inexistente presencia del estado para apoyar este movimiento, lo cierto es que existen circuitos y artistas que ya han alcanzado apoyos económicos para llevar a cabo proyectos más ambiciosos. Decir que la disposición hacia la inversión en este sector de la música es escasa no es del todo cierto. Lo real es que hace falta una mayor comunicación entre aquellos circuitos que han adquirido fondos con aquellos que no lo han hecho y piensan hacerlo; hace falta una capacitación interna para que más proyectos sonoros puedan alcanzar esta meta y poco a poco abrirse campo dentro del sector cultural del país.

Es cierto que dentro de este ambiente casi toda acción parte de la propia voluntad y la devoción frente a este arte. Sin embargo, no podemos dejar de lado el hecho de que los ingresos, como dijimos previamente, son necesarios para, al menos, lograr una sostenibilidad en los circuitos y que estos puedan solventarse por sí mismos; es decir, remunerar a sus artistas para sostener y potenciar su práctica, adquirir logística de buena calidad, invertir en difusión, mejorar su archivo audiovisual, etc. Aquí Abel Castro, de La Trenza Sonora nos deja testimonio acerca de cómo se organizan económicamente:  «Los conciertos y presentaciones de la Trenza son gratuitos. Para los festivales de La Trenza Sonora son fondos privados y convenios con instituciones. No existe ninguna ganancia, más bien pérdida, pero con todo placer. Aunque sí se han logrado tres premios importantes para La Trenza Danza del Ministerio de Cultura, de Iberescena y del Centro Cultural España. Por otro lado, los fondos son producto de mis trabajos particulares para teatro y danza que reinvierto en La Trenza Sonora.»

En este caso Abel nos cuenta cómo los fondos privados, los convenios institucionales y su inversión personal sirven de sostén para su circuito.

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En cuanto a los espacios y la logística la situación es bastante diversa. Algunos circuitos cuentan con convenios institucionales o propiedades que les permiten tener acceso a un espacio y una logística adecuada. María Cristina Cáceres de la asociación cultural Musuq responde lo siguiente: «[…] nuestro único espacio físico es el auditorio del Goethe donde, a través de nuestro partnership, podemos realizar los eventos que actualmente sostenemos durante el año. Pero no contamos con los fondos para poder gestionar un espacio propio.»

Por su parte Sadiel Cuentas de CIRCOMPER nos dice: «No tenemos ninguna infraestructura, pero tenemos, como conjunto, relaciones con varias instituciones y profesionales. Esto nos ha permitido, en años anteriores, producir conciertos sin ningún costo».

Tomando en cuenta estos 2 testimonios, existe un sector que, mediante convenios y relaciones, puede acceder a espacios y logística que les permiten ejercer sus proyectos y desarrollar sus actividades.

Por otro lado, Frido Martin del colectivo Sonar Lima, con respecto a logística nos cuenta: «No mucho, en verdad. Hasta el momento, los implementos con que contamos son de propiedad individual de los miembros del colectivo.»

Según la información recaudada y expuesta aquí notamos que un grupo sí cuenta, tal vez no de forma permanente, con espacios y logística; mientras que, otro sector no cuenta con espacios a su disposición y tampoco con la logística adecuada para lograr una calidad competitiva. En el segundo caso, se recurre a los miembros del colectivo para juntar lo necesario para desarrollar un concierto, por ejemplo. Una vez más la colaboración es clave.

Cabe resaltar que el contexto de la pandemia mundial causada por el COVID-19 ha forzado a todos los circuitos a trabajar desde el espacio virtual. Incluso algunos se encuentran en estado de reposo hasta que las actividades presenciales se retomen. Por otro lado, no todo dentro de la coyuntura es negativo, puesto que algunos circuitos afirman que el centrar sus actividades en el mundo virtual les ha permitido acercarse a otros circuitos sonoros fuera del país y establecer relaciones fructíferas que les permiten tener mayor alcance y a unir fuerzas para el desarrollo de nuevos proyectos de escala internacional.

Hasta este punto la fuerza de voluntad se nos para enfrente a decirnos una vez más que todo se puede lograr, que la convicción es un poder potente y la colaboración y la organización construyen realidades. Y yace aquí el motivo por el cual la diversidad (nos referimos a la multiplicidad de expresiones que convergen en este ecosistema sonoro: improvisación libre, música académica contemporánea, performance sonora, poesía sonora, drone, ambient, electroacústica, improvisación libre, paisaje sonoro, circuit bending, live coding, etc.) no es motivo de discriminación, sino más bien de comunidad, de intercambio, de colaboración, de transversalidad, de aprendizaje, de construcción y de hermandad.

Finalmente, hemos preguntado a lxs encuestadxs sobre el impacto que tiene la existencia de estos circuitos para los artistas que pertenecen a ellos. Nos referimos al conglomerado de beneficios y oportunidades que están a disposición de quienes brindan la experiencia sónica al público.

Que gratificante es poder afirmar que la mayoría de estos circuitos no solo sirven para la expansión de un mensaje, de una forma de arte o de una idea estética, puesto que además de esto, funcionan como espacios articuladores de oportunidades de desarrollo artístico, de aprendizaje, de colaboración, de intercambio, de alcance, de convergencia y de posicionamiento (nacional e internacional); oportunidades que no existirían de otro modo si no fuese por el esfuerzo colectivo de cada miembro. Puedo afirmar también, que la mayoría de los entornos sonoros afirma que sus artistas se sienten satisfechos y contentos con las experiencias obtenidas y que gracias a espacios como estos han encontrado la oportunidad de generar intercambios con artistas extranjeros de forma presencial y/o virtual.

Marcelo Mellado del colectivo Deshumanización y 1040 Records, nos dice: «Los artistas que han tocado en eventos realizados por el colectivo Deshumanización han expresado que el espacio brindado por nuestra parte, en cierto momento, fue uno de los pocos disponibles para ellos, y en ese sentido se han sentido integrados en la escena. Los artistas que han trabajado con nosotros en la publicación de un material suyo se han expresado satisfechos con el trabajo del sello.»  Por su parte, Claudia Sofía Álvarez del colectivo Retama señala: «A lo largo de estos meses de trabajo, las experiencias vividas por parte de las artistas involucradas han sido únicas. En el caso de las compositoras, han tenido la oportunidad de colaborar con artistas de distintas disciplinas y componer para distintos formatos instrumentales. En el caso de las intérpretes, ha resultado bastante enriquecedor trabajar de la mano con compositoras emergentes y poder escuchar sus interpretaciones al servicio de trabajos en los que la música se cohesiona con otras artes. Por el lado de las artistas de otras disciplinas, ha sido muy enriquecedor dicho diálogo interdisciplinario que permitió resultados que cuestionan los límites de las artes.»

Estos espacios brindan a los artistas las oportunidades necesarias para poder alcanzar un nivel profesional en su práctica que es, con firmeza, fundamental para su desarrollo. Congregando experiencias que sirven para la evolución de su arte y la madurez de su sonido. Además, lo que se brinda no solo es recitales o eventos relacionados al sonido, sino también actividades como talleres, conversatorios, meetups, etc. Por otro lado, es de interés de los circuitos informar a la audiencia sobre el trasfondo de su acción, sus motivos, sus creencias, su filosofía, entre otras cosas que genera lazos afectivos e identificativos con el público.

Frecuentemente la identidad que se va adquiriendo con el tiempo y por ende la experiencia es cada vez más sólida, cada vez más cohesionada y direccionada a objetivos trascendentales que van más allá del hobby. Se trata de generar espacios de libertad, de expresión sin ataduras académicas, de encontrar tu “yo” en el sonido y expandirlo con empeño y seriedad. Estos circuitos merecen un aplauso por todo lo mencionado previamente, por la garra con la que sostienen sus creencias y con el profesionalismo con el que manejan su organización autogestionada que, pese a los problemas, no se cansa de respirar a favor del sonido como espacio creativo y expansión sensorial de los seres humanos.

Personalmente quiero terminar agradeciendo a todos los encuestados por la información brindada para lograr este brevísimo artículo que corto se queda en contar las alegrías y las luchas que se viven día a día sacando adelante este movimiento. Como miembro activo de este ecosistema sonoro, expreso mi profundo amor hacia la voluntad que tiene cada uno de los miembros que lo conforman. Sin duda, no todos lxs organizadores o artistas se encuentran aquí, pero no piensen que no los he tomado en cuenta, y seguramente a muchxs no los conozco, pero ya será momento de estrecharnos las manos. Esto va dedicado a todxs los que se han esforzado y/o se siguen esforzando por levantar las piedras de esta enorme pirámide que se erige mediante la colaboración y la hermandad. Una pregunta para cerrar: ¿seguirá vivo el quehacer de la música no convencional en el Perú? Citando a Aurelio Tello respondo: La respuesta es sí ¡definitivamente sí!