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Movimientos, sonidos, imaginación

Una entrevista con Yvonne von Mollendorff

Por Luis Alvarado

El trabajo de Yvonne von Mollendorff ocupa un lugar fundamental en la danza contemporánea en el Perú. Bailarina, coreógrafa y productora del festival internacional El Arte del Sol, su trabajo ha tenido siempre una conexión con diversas disciplinas, generando diálogos y abriendo insospechados caminos de intersticio.

En esta entrevista nos habla de algunos trabajos recientes como Gárgolas, realizada en el contexto de la pandemia. Y en particular nos cuenta sobre algunas obras que constituyen una contribución muy personal a las prácticas de sonido en las artes. Entre ellas, el Ballet Verbal, realizada el 6 de agosto de 1970, en Lima, en el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC). Se trató de una pieza oral, grabada y presentada en cinta magnetofónica, que buscaba cuestionar la alienación del sistema del arte y la cultura, en un contexto internacional de emergencia de una nueva generación que buscaban salirse de las corrientes dominantes de pensamiento y que inauguraban nuevas y críticas formas artísticas, cuyo impulso empezaba a sentirse localmente con la aparición de las primeras ambientaciones, obras lumínicas, performances y propuestas conceptuales. Y el Ballet Verbal fue parte de ese de clima de cambios. En la grabación se escuchan decir cosas como: “El sistema acepta innovaciones solamente cuando estas están desprovistas de potencia”.

En la presentación, la máquina grabadora fue ubicada al centro de la sala, con los parlantes dirigidos hacia ambos costados, lo que acentuaba su protagonismo y la volvía una audaz experiencia de escucha, en un contexto de expectativa por ver una pieza de ballet.

Sobre esta performance escribió Juan Acha: “Yvonne von Mollendorff – bailarina y coreógrafa- anuncia tres Ballets en el Instituto de Arte Contemporáneo». Los balletómanos asisten con pupilas ávidas de «espectáculo». Pero sólo escuchan la narración magnetofónica de un ballet clásico, un expresionista y otro más actual, que termina declarando la falsedad del arte y la cultura en relación al hombre, a la vida humana. Se concita una larga discusión, y de esta manera se difunde la necesidad de una revolución cultural que salve lo más importante: el hombre.” (D’ARS, N° 55, 1971, Italia. Incluido en Juan Acha: Despertar Revolucionario, 2017, MUAC, Museo Universitario Arte Contemporáneo, UNAM)

Acompañamos esta entrevista con diversas fotografías de lo que fue el Ballet Verbal, además de una nueva grabación de la obra, ya que la cinta original está perdida, pero felizmente Yvonne conservaba el texto y las indicaciones de lectura. La voz y la grabación son de Frido Martin. Puede escucharse aquí. Fotos cortesía archivo de Yvonne von Mollendorff.

Yvonne von Mollendorff en el Instituto de Arte Contemporáneo, 1970

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1.- Cuéntanos un poco sobre cómo fueron esos años de estancia en París con Rafael Hastings y el encuentro con Jorge Eduardo Eielson. Es en esos años que producen la performance Ballet Subterráneo (1970), ¿cómo surgió la idea, hicieron alguna otra performance?

Hacíamos muchas cosas juntos, casi siempre entre risas y conversaciones irreverentes hacia el arte “serio”, lo correcto y hacia las reglas. El Ballet Subterráneo funciona en varios niveles. Ahora este tipo de actitudes se llaman subte, ¿no? A Eielson le gustaba enterrar esculturas, y quizá este performance era para el parte de una “escultura” mientras que yo creaba un recorrido mental usando el metro subterráneo desde la estación de la emblemática Ópera de Paris, donde reside la compañía de ballet más famosa del mundo, hasta la estación Censier donde se encuentra la también emblemática Universidad de la que partían las protestas juveniles de la época. Era para ambos (y también para Rafael Hastings) más bien una performance simbólica/conceptual que compartíamos con los pasajeros, con vinito incluido, sin que supieran de que trataba el alboroto. Lo más bonito es que ni lo registramos ni lo tomamos muy en serio.  Así que nos fuimos a comer a un restaurant tailandés del barrio.

2.-En especial me gustaría saber si compartían gustos musicales, los tres tienen una relación especial con la música y por ello me da mucha curiosidad como vivieron ese período, y sí en ese descubrimiento de nuevas manifestaciones artísticas también estuvo la música involucrada, pensando también en tu relación con la danza, cómo el descubrir una música nueva te podía llevar a pensar otro tipo de movimientos.

Juntos escuchábamos Mahler y Tarantellas, música turca o Debussy, siempre había algo que compartir. Yo desde mis primeros trabajos usaba la música como un personaje, un personaje sonoro. No me interesaba la relación entre el ritmo y el movimiento, más bien buscaba el sentido oculto y la relación oculta entre la acción dramática y el espacio escénico. Tengo mucho respeto a la música, y esto hasta ahora.

3.- Acerca de la obra llamada Antiballet o Ballet Verbal o Tres Ballets Imaginados, de 1970, en la que tú haces escuchar al público una grabación, en donde lo que se escucha es a un actor describir tres obras de ballet, se trata de una obra pensada más para ocurrir en un espacio mental. Es una obra de danza conceptual. Has vuelto a hacer una obra similar el año pasado, aunque en video, donde también los bailarines cuentan cómo son sus movimientos, en este caso hay más bien mucha poesía. La pregunta es ¿Cómo surgió esta idea, desde cuándo la tenías planeada, a partir de qué motivaciones, y cómo recuerdas que fue la presentación en 1970, crees que fue bien recibida?

En aquella acción que presenté hace ya como 50 años pretendí ser crítica hacia un mundo que consideré artificial. La acción estaba a cargo de una grabación. El narrador era un actor, se escucha su voz, leyendo la descripción de tres obras que no existen más que en el texto. La presentación escénica era la autora de los textos (yo) parada frente al público en medio de una sala vacía al costado de la grabadora, solo la prendía para iniciar la función y la apagaba al terminar. Los espectadores escuchaban el relato de lo que pasaba supuestamente en un escenario, y ambos, el espacio y las acciones danzadas existían solamente por medio de la voz y por ende solo en la imaginación. El texto parodiaba de alguna manera las pretensiones de obras presentadas en condiciones convencionales y mantenía todo instante la distancia hacia las obras, observadas desde su forma exterior.

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4.- Y sobre Actitudes, fenómenos y connotaciones (1974), la muestra que presentas en Casa de Lago, en México, fue una muestra compartida con Rafael Hastings, lo que tu presentas allí son unas fotos de un bailarín envuelto en un plástico acompañado de unas partituras con indicaciones de movimientos. Cuéntanos un poco sobre este proyecto, es algo que parte del ballet clásico, pero va hacia otra dirección, como en el caso del Ballet Verbal, siempre hay un diálogo con la tradición del ballet.  

Formalmente la exposición mía no tenía relación con la de Rafael Hastings, ambas estaban puestas en salas separadas y trataban temas distintos. Yo presenté una larga serie de  fotografías en la que se retrata a un bailarín en cambiantes poses de ballet académico. Al inicio se le ve sin ropa y paulatinamente se adhieren hojas de plástico a distintas partes de su cuerpo hasta que al final queda totalmente envuelto en plástico pareciéndose a un bulto desfigurado, irreconocible. Debajo de cada una de las fotografías había otra fotografía de una partitura de Bach en la que inscribí a mano los pasos de una variación de ballet, en la nomenclatura académica (francés). Entonces el espectador estaba invitado a mirar las imágenes, leer la partitura y a la vez, leyendo la secuencia de danza, seguir en su mente a una situación inexistente. Juntando los tres ítems tenía el ballet completo. No obstante, lo que me interesaba a mí era el deterioro del cuerpo perfecto de este bailarín hermoso que iba perdiendo contornos hasta volverse un bulto sin forma, en decadencia.

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5.- Después en Lima está también tu colaboración con músicos como Manongo Mujica y también con Chocolate Algendones. Hay una obra en donde Manongo crea la coreografía, ¿Nos puedes contar un poco sobre esta obra en especial? Y también, en general qué has descubierto del trabajo con ellos, qué sientes que compartes o cómo dialogan ambas experiencias.

Con Manongo tengo una larga historia de colaboración profesional, hemos hecho como quince obras juntos. Pero, quizá el trabajo más hermoso que hayamos realizado era una danza que bailaba sola. Con el título Sombras creamos, a base de una improvisación mía un paisaje del Perú, una suerte de dialogo entre la sierra y la costa. Chocolate en el cajón seguía rigurosamente mis movimientos y Manongo creaba con instrumentos de todo tipo una atmosfera sonora.

La presencia de los dos músicos era protagónica, pues ambos, ubicados al fondo del escenario hacían un contrapunto visual y sonoro. Chocolate estaba sentado en la esquina derecha del escenario y Manongo a la izquierda mientras el desplazamiento de la danza se relacionaba coreográficamente con ambos en un recorrido circular, convirtiendo a los músicos en punto de referencia.

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6.-Tenía una pregunta sobre Rafael Hastings, él ha sido un artista con intereses muy amplios y se ha movido en muchos lenguajes, un aspecto que me resulta muy llamativo es su interés por la música y en especial sus obras con voz, como Dies Israe o El hijo del hombre, que él llamaba misas escultóricas, recuerdo haber leído fueron resultado de un viaje al desierto de Paracas. ¿Qué recuerdas de esas piezas, cuántas veces fueron interpretadas, y si hubo algún otro proyecto relacionado al sonido o la música de parte de Rafael, que no conozcamos?  

Rafael tiene una admiración enorme por la voz humana y a la vez por el espacio como representación dramática-ontológica.  Hay muchas misas u obras musicales que ha creado sobre papel – en forma de dibujos, o descripciones literales, o en poesía -, y de allí su inclinación de llamarlas esculturas sonoras, sin embargo, creo que todas nacen del silencio (¡Paracas es el lugar donde reside el silencio!). Ha realizado algunas, pero por otro lado él tiene la idea que una obra que se ha creado en la mente ya está creada, y no forzosamente tiene que ser llevada a cabo físicamente. Y creo que le interesa la fugacidad … Hay una sola que se grabó para quedar, Kantante de 1983 y que es parte de una coreografía mía de nombre Isla. Las otras hay que encontrarlas en el recuerdo o en sus dibujos, allí están todas las que nunca escucharemos.

7.- El año pasado presentaste una obra en video, donde los bailarines cuentan cómo son sus movimientos. Sin duda la pandemia generó una pausa para toda actividad escénica presencial, sin embargo, ha empujado a que nos acerquemos a otros formatos, como el video principalmente, y específicamente para la transmisión online. Si bien esto no puede reproducir la experiencia del directo, ¿cómo has tomado tu este tiempo en que no es posible salir a escena, has estado pensado en obras nuevas siguiendo esta línea de los ballets verbales? Cómo has dirigido tu creatividad en este tiempo, ya que eres una persona que siempre está tan activa.

Mi último trabajo – Gárgolas – surgió directamente de la inmovilidad impuesta por la pandemia y el confinamiento, situación que condenó a los bailarines a reducir su campo de acción. Durante todo este tiempo, ya van casi dos años, todos publicaban videos de danzas bailadas en corredores, terrazas, salas de estar. Entonces quise ir un paso mas allá y escenificar la inmovilidad perfecta. La danza Gárgolas tiene lugar solo en la mente de los bailarines que se observan a sí mismos desde el interior, ofreciendo una suerte de observación de sí mismos, y nos cuentan sus emociones y sensaciones. Cuatro bailarines, uno por uno se describe a si mismos, de adentro para fuera, desde la más absoluta quietud física, los filmamos sentados, mirando la cámara. Lo que se mueve son sólo sus bocas. El único cambio notable es que aparecen más y más despeinados y porque en cada cambio de encuadre se les aplica maquillaje muy colorido a sus rostros. Me interesó mucho el contraste entre el desgaste exterior y la honestidad de sus palabras que, como tú dices, son bastante poéticas. Y en eso reside la diferencia entre el Ballet Verbal de entonces y el trabajo actual.

Gárgolas puede verse en el siguiente link de youtube, desde el minuto 43:14